sábado, 24 de abril de 2010

Palestina: una economía dependiente del enemigo.


La grave situación socioeconómica en Gaza y Cisjordania es el resultado del bloqueo que Israel ha impuesto a su desarrollo desde 1967. Según Naciones Unidas, las expulsión masiva de Cientos de miles de trabajadores palestinos de los Estados petrolíferos del Golfo ha ocasionado una pérdida a los Territorios de 450 millones de dólares. A esta cantidad se uniría la de 750 millones de dólares, monto de la ayuda estimada que las monarquías petroleras han cancelado a la OLP, y de la cual salían los subsidios a unas 90.000 familias palestinas de presos y mártires, ahora condenadas a la indigencia o la ayuda de otras familias. No es sorprendente que en este clima de crisis económica, Hamas, que se beneficia de la ayuda financiera árabe y de Irán, haya podido desplazar parcialmente a la OLP en los Territorios Ocupados gracias al desarrollo de una mínima infraestructura de apoyo social bien gestionada.

El economista palestino Samir Abdallah indica:

"Impidiendo el desarrollo de nuestra economía, los israelíes han favorecido a la vez la emigración de los palestinos y han generado un exceso de mano de obra de la que tiene necesidad. Nuestra economía no crea más que 1.000 puestos de trabajo anuales, mientras que la mano de obra crece en 16.000 personas cada año: sin trabajo, los palestinos han de elegir entre partir al extranjero o un empleo en Israel".

Es por ello que el 30% de la totalidad de los sueldos de las familias palestinas dependen del trabajo en Israel, un porcentaje que se eleva al 50% en la franja de Gaza. La cifra de trabajadores palestinos se ha multiplicado por diez desde 1967. En total, 600.000 palestinos dependen del mercado laboral israelí.
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Trabajadores palestinos en Israel. Trabajando en el país
que persigue a su gente es la única manera en que estos
hombres pueden dar un sustento y una esperanza de progreso
a su familia.

La economía de Gaza y Cisjordania resulta así cautiva de la israelí, es decir, la mano de obra palestina va a Israel y los productos israelís regresan.
La industria palestina es el sector de menor contribución al PIB de los Territorios. Israel ha impuesto restricciones financieras, administrativas y legales a la industria palestina. La mayoría de las industrias son familiares, con un 98% de ellas ocupando a menos de 10 personas. El número de trabajadores ocupados en el sector se ha estancado o disminuido, de 21.970 en 1967 a 19.000 en 1987. Desde 1967, el promedio anual de proyectos industriales aprobados por los israelíes ha sido de 10; tras ser aprobados, han de esperar sus promotores al menos cinco años para obtener todas las licencias necesarias. Según la ONU, la mayoría de las industrias palestinas operan al 50% de su capacidad.

A partir de la cifra inicial de 2,1 mil millones de dólares aprobada el 1 de octubre de 1993 en Washington, los gobiernos e instituciones internacionales donadores elevaron la cantidad de la ayuda destinada a Palestina a 2,4 millones, la mitad de ellos aportados por la Unión Europea y EEUU.
Un estudio del Banco Mundial presentado en Washington en mayo de 1994 (Emergence Assitance Program for the Occupied Territories), estimaba en 1,2 mil millones de dólares el desembolso mínimo que habría de hacerse con destino a Gaza y Cisjordania en los tres primeros años de autonomía administrativa palestina, 492 con destino Gaza y 708 para Cisjordania. Otros 1,2 mil millones de dólares, hasta completar la cantidad fijada, se librarían en el cuarto y quinto año, en vísperas de la conclusión del acuerdo sobre el estatuto definitivo de Gaza y Cisjordania. El Departamento Económico de la OLP, en su Programm for Development of the Palestian National Economy, multiplica por cuatro las necesidades financieras para la rehabilitación de la infraestructura económica de los Territorios Ocupados, cifrando en 11,6 mil millones de dólares para seis años su cuantía.

Aunque el volumen de ayuda parece inicialmente considerable (200 dólares anuales por palestino), se minimiza si se compara con los 5.000 millones de dólares que Israel recibe anualmente sólo de EEUU (es decir, más de 10 veces la cantidad prevista para los territorios autónomos palestinos), una ayuda incrementada en 1994 ante los supuestos "riesgos a la seguridad"

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